jueves, 9 de diciembre de 2010

Momentos que nunca llegan

Este sábado estrenaremos una canción, así, titulada como este post.

Esta canción intenté escribirla hace algo más de un año. Tiene que ver con el robo de la Les Paul de nuestro local de ensayo, que, por suerte, volvió al cabo de unos meses. Esa guitarra, que en su día costó 79.000 pesetas, ejemplifica mejor que nada la época de la vida en la que conseguir las cosas es más difícil, en la que faltan recursos, pero sobran ganas e ilusión.

En nuestro caso, ésa es la época alrededor de los 17 a los 19 años. Cuando apenas puedes hacer alguna ñapa en casa para ir consiguiendo dinero. La canción comenzó como una queja contra aquellos que, en vez de esa solución, tomaban la vía fácil y, no sin otras maniobras igualmente talentosas, pero pelín más dudosas, conseguían las cosas sin tanta espera, sin ilusión...

Como tal, esa idea no daba mucho más, pero según me esforzaba por recordar qué era tan especial acerca de comprar la guitarra, llegaban tantos otros descubrimientos que hacían que la canción, lejos de hablar de cómo un chaval reúne dinero entre primavera y otoño de 1996, habla de tantas otras experiencias de aquella época.

Quizá otras personas hayan construido su vida presente más adelante, con más edad, quizá otras ya tuvieran su entorno definido antes. En el caso de Faux Filet y Panic, en aquella época, además, nos fuimos conociendo, y al poco tiempo, empezaríamos a tocar todos juntos. La guitarra en sí es un símbolo para muchas personas. Lo ha sido desde entonces, lo sigue siendo, y tras una reciente estancia en quirófano, seguirá siéndolo, pero detrás de ella hay mucho más. En su barniz brillante y su madera teñida de verde esmeralda se han visto reflejadas las personas más importantes de nuestras vidas hasta el presente.

Los años de gloria de esta guitarra han sido también esos mismos. Aquéllos en los que era la protagonista indiscutible de todo lo que se tocase o grabase, los mismos en los que, además, el tiempo invertido en tocar, aprender y soñar, también era el máximo posible. Aunque sigamos intentándolo, persiguiéndolo, no es tan sencillo darle esa prioridad a las cosas hoy en día, o tener esos sueños durante tanto tiempo, hasta que por fin los conseguimos. Hoy en día es cuestión de administrarse el dinero, o de tomar decisiones acertadas, todo parece ser más fácil en lo que respecta a conseguir lo que uno quiere, pero también es cierto que esas aspiraciones también son más efímeras en lo que respecta a la felicidad o satisfacción que reportan.

Esa guitarra lleva catorce años junto a nosotros. Ahora mismo es una más en la colección. Es buena, es cómoda, es de las favoritas, y sin embargo, su desaparición, ¿qué suponía? ¿comprarse otra? ¿usar otra? Actualmente, no sería tan grande pérdida en su valor económico (que es mucho) como en el sentimental.

Evocar esos sentimientos, trajo muchos otros, y con ellos, buena información sobre el paisaje de la época. Para nosotros, esta canción describe, por encima de todo, lo que se siente en esa época, lo que, al menos, nosotros tres hemos vivido.

Pero va más allá. Ese concepto de "momentos que nunca llegan" sigue existiendo, doce o catorce años después. Ahora, quizá son cosas que no se pueden comprar con dinero, más bien cosas buenas y malas que, sencillamente, pueden ocurrir o no, y no se sabe muy bien cuándo, pero se van perfilando con el tiempo, o bien aparecen por sorpresa. Un ejemplo podría ser el propio robo de la guitarra, que nadie se hubiera esperado. Otro caso podría ser la paternidad de Javi, nuestro batería, feliz acontecimiento que podía ocurrir tras unos buenos años de noviazgo y una boda, y , de hecho, ocurrió a finales de agosto.

¿Por qué un post tan largo? Pues porque si hacemos esta presentación en el concierto, seguramente no tendremos tiempo ni de tocarla y el concierto acabará en un gran monólogo.

A ver si más a menudo podemos contar cosas de este estilo. ;-)

3 comentarios:

Emilitros dijo...

muchas ganas de escuchar este tema que estrenaréis el sábado. Como suene igual que como se ha transmitido en el post va a ser algo con lo que alcanzar el punto de ruptura que a veces consigue la música. La presentación no ha podido ser más gráfica y ya hasta se va escuchando algún que otro latigazo que seguro tendrá la canción.

Nos vemos el sábado!

Faux Filet dijo...

No se lo digas a los Punk Panther, pero es un poco más po-po-po-po popera... popera de lo acostumbrado.

Gerar dijo...

Joder, Javi, sé perfectamente de lo que hablas. Me costó casi un año juntar las 45.000 pelas que costó mi Squier más las 18.000 de mi primer ampli. Era 1995, yo tenía 15 años y muchísimas ganas de tocar como Eric Clapton. Si alguien me quita esa guitarra me está quitando una parte de mi, de mis ensayos con Emilio y tantos otros amigos... y de delicioso momentos de soledad en mi cuarto, con mis discos y mis TABs. Nos vemos mañana!