sábado, 11 de junio de 2016

Telecaster Rick Parfitt

Mostoman es mi hermano. Es el mayor fan de Status Quo que conozco, y ha sido una excelente excusa para mantenerme ocupado unas pocas noches de entre septiembre y junio... Me apetecía que tuviese un guitarra como las de sus ídolos, y entre el modelo de Rick Parfitt y el de Francis Rossi, el de Parfitt era más sencillo de replicar.


La idea de replicar esta guitarra la tuve hace quizá dos años, pero tras unos meses de preparación, pude comenzar el proyecto en septiembre de 2015. Lo primero es comprar una réplica de Fender Telecaster. Para esto barrí Wallapop. Lo ideal era una guitarra negra o azul oscura lo más estándar posible, con una pala que no requiriese mucho trabajo (forma parecida a la original), cuerdas a través del cuerpo y diapasón de palorrosa para que el trabajo fuese el mínimo. Pedir que fuese de fresno es, por descontado, demasiado, bastante es ver que en lugar de una guitarra laminada, parece ser de cuerpo sólido, quizá en madera de tilo. Me parecía que lo ideal hubiera sido un golpeador negro de tres capas, pero acabé sabiendo que no era lo que necesitaba mucho más adelante.

El primer paso fue desmontar todo y trabajar en envejecer los herrajes (pastillas, controles y placa) a base de lijarlos con un papel de lija de grano muy fino (300 puntos, creo). Esto es sencillo y muy rápido y con resultados casi inmediatos. Una noche solo en casa y en media hora son viejos!


  

El mástil lo trabajé con lija, envejeciendo la parte trasera, moldeando la pala a una forma más parecida a la de Telecaster y quitando la marca. Lo envejecí con betún, sudor y agua con pimentón, me lo llevé a otra casa de y por el camino se dio algunos golpes y rozó un poco. Allí lo barnizaría con varias capas (insuficientes en cualquier caso) de nitrocelulosa en spray para que no fuese tan basto. La intenté sacar brillo pero conseguí poco, eso sí, parece bien trillada sin haber sufrido demasiado.

Lo siguiente fue trabajar el cuerpo: lijé las partes claramente desgastadas y, al ser la guitarra amarilla (y debajo del amarillo, rojo metalizado!!! Están locos estos chinos!!!) tuve que añadir algo de rotulador azul en las zonas en las que se revela ese color. En algunas partes, el rojo metalizado que salió al lijar el amarillo hace una función parecida al azul cuando la capa de blanco que lleva encima no es muy espesa y se deja oscurecer por la que hay más abajo.

En paralelo fui consiguiendo el hardware adicional. El puente original lo reservé, porque era uno de esos puentes de seis silletas, y no el clásico que necesitaba. La Telecaster de Rick Parfitt lleva medio puente tipo Stop-bar Gibson (tune-o-matic) y medio puente tipo Telecaster (sólo la parte que aloja la pastilla de agudos). Me planteé no comprarlo, pero por otra parte, prefería hacerlo todo lo fiel que pudiese. Reutilicé un puente que tenía en dorado, de una Epiphone SG, envejeciéndolo con lija e intentando quitarle curvatura y hacerle surcos por donde pasar las cuerdas y de paso conseguir bajarles la altura t hacerme un camino por si hubiese que octavarlas, porque las fenders tienen el mástil algo más plano que las Gibson y es de esperar que sus réplicas sigan la misma premisa con mayor o menor fidelidad. Compré un puente del tipo clásico de las Telecaster, con sus tres barriletes y su buen borde para serrarlo en dos y lijarlo y usar la parte destinada a alojar la pastilla. También tuve que comprar unas guías para la salida de las cuerdas a través del cuerpo, como las que habitualmente están en la trasera, y un golpeador negro/blanco/negro.

Estuve unos meses sin tocar el proyecto porque lo tenía en una casa sin electricidad y me era imposible trabajar allí por las noches, pero me di cuenta de que el trabajo restante lo podía hacer prácticamente en cualquier sitio, o al menos eso pensaba... Así que trasladé a mi casa el instrumental y lo primero que hice fue agujerear un poco el cuerpo para alojar las guías de las cuerdas y el puente tipo stop-bar. Al montar el puente a modo de prueba y poner cuerdas a la guitarra me di cuenta de que la octavación era bastante buena pero que mejoraría si conseguía que el mástil estuviese a ras del cuerpo. Para ello, y como además los tornillos originales del puente se habían estropeado mucho al apretarlos a través del cuerpo, compré unos tacos pensados para las lonas que tapan las piscinas en invierno, y unos tornillos para esos tacos. No se parecen tanto a los de Gibson, pero nos valen. Al fin y al cabo, casi toda la presión que soporta ese puente es hacia abajo y los tornillos apenas trabajan, en comparación con la labor de esa pieza y sus tornillos en el Stop-bar original.

Me había pasado horas intentando desgastar el golpeador negro a base de lijar pero me di cuenta de que me iba a costar mucho conseguir el desgaste milenario de Rick Parfitt. Tanto es así que jamás lo completaría. Tengo ese golpeador a la venta en Wallapop, porque acabé por no lijarlo más: supe por una web que me ha ayudado mucho a hacer la guitarra que realmente es un golpeador blanco con un vinilo adhesivo negro (era razonable pensar que el golpeador original de esa guitarra fuera, blanco, pero también pensar que Rick Parfitt lo hubiese cambiado por otro negro), y, de hecho, pude desgastar ese adhesivo con enorme facilidad en cuestión de minutos, hasta dejarlo como el original, quizá más, también con un poco de ayuda de lija para envejecerlo prematuramente.

Antes de montar todas esas piezas me dediqué a pintar el cuerpo de la guitarra con una mezcla de pintura acrílica y disolvente, reservando las zonas desgastadas mediante cinta de embalar pegada a la madera. No, no es buena idea hacerlo en casa... Y después de varias manos lijé donde había que sacar madera o color azul. No todo tenía que quedar perfecto o uniforme. Las fotos que he visto de esta guitarra son más bien representativas de un trabajo de pintura poco cuidado, como en general todo el trabajo que implica. Y estas cosas son las que más me animaron a trabajar en esta guitarra: no había que ser demasiado fino.

Con todo lo anterior hecho, monté la guitarra con su electrónica y demás piezas y vi que funcionaba decentemente. Tuve que hacer algún recálculo para fijar la tapa de la pastilla aguda, por ejemplo, o la posición de la sexta cuerda, pero por lo general, cada cosa que montabas te daba un resultado más parecido al original y cada vez se parecía más al modelo de Rick.

Le añadí unas púas Dunlop Jazz II y el desgaste propio de meterlas y sacarlas de entre el cuerpo y el mástil, y la probé un poquito... ¡Se puede tocar! Se puede ensayar con ella 1 hora. Modestos objetivos conseguidos! Sólo dejé una cosa para el último día: Rick Parfitt puso una rueda de un coche lego alrededor del botón del potenciómetro de volúmen. Hizo falta buscar, comprar y envejecer la rueda, que era el doble de gruesa y algo más estrecha que lo necesario, pero un cuchillo de cocina y un tapón cónico para botellas de vino hicieron el trabajo de adaptación.

Et voila!! 

Réplica de la Telecaster de Rick Parfitt

jueves, 7 de mayo de 2015

Festival del Cobijo

Este viernes se celebra en la Escuela de Teleco de la UPM un doble aniversario: El 50º aniversario de la Escuela, y el 20º aniversario del festival "Cobijo del tema anónimo".

Sergio y Javi Mora asistieron desde las primeras ediciones del festival, incluso trabajaron en la organización de algunas ediciones entre 2000 y 2010. En ese festival de primavera con un nombre que a todos asombraba y que luego encontró su réplica de otoño en el "November Rain Festival", además, la filosofía era promover nuevos proyectos y nuevas formaciones no consolidadas. Para concurso de maquetas y festival de bandas un poco más consolidadas estaba San Teleko con sus míticos desmadres.

Faux Filet en su debut en el Cobijo del Tema Anónimo, 2007

Quizá por eso, el festival del Cobijo siempre fue una ocasión genial para tocar con nuevas formaciones. No sólo nos forjamos como grupo allí en la primavera del año 2000. También repetimos en 2007, estrenandonos como Faux Filet en el 25 aniversario del Club Musical Delta que organizaba y creó el concepto. También participamos con otros proyectos: HoWl!, Kaddish, HoWlish, Ferrocarril Hills, Mítico & Váter y vimos a muchos amigos empezar a tocar allí y repetir año tras año: VIA, La Patera Rosa, Yebouna Kogorza, Punk Panther, The Electric Clementine, The Chestnut Café, Sótano 7, Rasca, Clima Limón, Emilitros, Braguetazo Express, Última Experiencia, Surco, Ángel Plaza, Darwin, The Dark Colours, Stop-gun, David Dylan, Kalamares en su Tinto... Podríamos seguir poniendo nombres, pero seguro, quedaremos mal con algunos grupos y amigos que queden en el tintero. Entre 2000 y 2007 posiblemente no faltamos a ningún festival, ya sea como público o, en la mayoría de los casos, como grupo en cartel.

Panic Democracy - Cobijo del Tema Anónimo, 2002

Siempre fue un festival humilde e íntimo de entre uno y tres días, en el salón de actos o aula magna de la Escuela, con poco equipamiento y normas estrictas de uso de las instalaciones, incluso cuando algunas de las bandas metían buena cera (y algún que otro mini de kalimotxo entre el público). Este año, con motivo del 50º aniversario de la Escuela, se han hecho coincidir las celebraciones en un festival de tres días que se culmina con un concierto al aire libre contando con algunos de los grupos más históricos, entre los cuales, y si no existe alguna sorpresa, Faux Filet somos posiblemente los más veteranos. Ha sido un honor que contasen con nosotros desde el primer momento y que nuestro primer concierto de 2015 se desarrolle en el escenario que nos vio estrenarnos tantas y tantas veces.
Panic Democracy - Festival November Rain (versión otoñal del Cobijo), 2004

Os esperamos el viernes día 8 de mayo en el aparcamiento de alumnos, junto a las pistas de fútbol de la Escuela de Teleco de la Universidad Politécnica. El festival empezará sobre las 18h y terminará a media noche. Faux Filet actuaremos alrededor de las 20h. Será maravilloso celebrar tanas efemérides juntos!

miércoles, 29 de abril de 2015

Pájaro Exótico

Hay un pájaro exótico en cada uno de nosotros, según para quién, ¿no? ¿Quién no conoce una historia sobre alguien que haya podido serlo para otra persona? Todos tenemos una peculiaridad que nos hace atractivos y que, con el paso del tiempo, puede hacer que convivir con nosotros no sea la cosa más sencilla del mundo. Yo la tengo. Tú la tienes. Si no la tuviesemos no estaríamos ni manteniendo esta conversación.

Esta canción trata sobre eso. Sobre ser diferente y especial para alguien, y que luego eso se vuelva en contra del propio carácter distintivo. ¿Cuántas veces no habremos visto a una pareja en la que la principal fuente de problemas y discusiones recurrentes es el mero hecho de que una de las partes sea, y haya sido siempre, tan exótica que a la otra, llegados a cierto punto, no le salga de los cojones aguantar le sea imposible convivir con ese exotismo que al principio le pareció tan atractivo. Una de esas parejas en las que una parte se ve deslumbrada por lo original y auténtico de la otra parte, y cómo eso al final se acaba convirtiendo en algo incómodo de llevar y cómo la otra parte desea cada vez más que esa originalidad se pierda en favor de algo que considera más "normal", y mejor, y que sencillamente es algo más vulgar, más plano y completamente alejado de lo que esa persona supone. Llevándolo al terreno, qué bien eso de decir "¡estoy saliendo con un músico!", ¿no? Sí, pero luego toca que el músico siga siendo músico, que el artista siga teniendo su espacio, que el genio siga teniendo su ego... Y si lo que hay al otro lado también es un ego importante, apaga, Yoko. Apaga y vete a hacer tus cosas, pero no vengas a hacer las mías mejor que yo o a decirme cómo debería hacerlas, o a criticarme por no haberme convertido por ciencia infusa a tu sensacional credo, porque igual es que no me interesa.

Esa es un poco la génesis del tema y el mero hecho de recordarlo desata un poderoso cabreo, y no hay mejor catársis que escribir una canción al respecto. Al menos así decidí atacarlo hace cuatro años y medio, cuando empecé a escribir esta pequeña fábula sobre cazadores cazados.

Hay sitio para todos en esta vida, todos podemos ser preciosos ejemplares y convivir, como en el zoo. La cuestión es no meterse en la jaula equivocada e intentar adaptarse, porque es una jaula de la que se puede salir muy maltrecho, no querer mimetizarse, porque el plumero sale a la primera, porque el cambio de medio no funciona, causa rechazo... a veces hubiera sido mejor conformarse con mirar a la jaula de al lado, en vez de jugar a rey de la selva o al mítico "Cariño, te quiero, eres perfecto, ya te cambiaré".

La decisión ante un paso dudoso es algo a mirar concienzudamente y a no tomar a la ligera. Siempre hay otras opciones, y si por el camino se evita alguna víctima, habrá merecido mucho la pena.

Seguro que conocéis muchos pájaros exóticos que deberían volar libres, o hacerlo sólo junto a alguien que sepa garantizarles el alpiste adecuado y los cuidados necesarios.

Pájaro Exótico
Tal vez convenga que te esperes y lo pienses un poco mejor
O que valores más opciones y adjudiques al mejor postor
Míralo bien y no te precipites, échale un poquito de tiempo
Siento que es duro aprenderlo así, lo siento, no lo lamento

No te pudiste resistir y adquiriste este pájaro exótico
Tan diferente de la fauna habitual y del paisaje autóctono
Buscaste allí y buscaste allá, pero no había un manual de instrucciones
Solo querías un pequeño animal que te cantase canciones

Y resultó ser un ave nocturna de costumbres extrañas
Te disponías a volar junto a él, pero cortaste sus alas
No había ninguno en todo el zoo, no viste un solo animal de tu especie
Y en tu intención de ser uno más, lo conseguiste enjaular

Viendo la orilla del río y sorprendida por el brillo del agua
Redefiniste tu esencia y decidiste que ibas a envasarla
Y no hubo río nunca, sólo está el recuerdo de un reflejo de plata
Un frasco grande y transparente de cristal, no queda nada más!

Pero es así y la vida siempre se presenta con nuevas condiciones
Nuestra mayor posesión es ser los dueños de nuestras decisiones
Un día estás solo en el estanque, incomprendido como el patito feo
Al día siguiente siempre sale el sol, sale el sol!

martes, 4 de noviembre de 2014

Restaurando otra guitarra!

¡Buenas tardes! ¡Y cuánto tiempo! Casi que desde que no nos dedicamos a construír guitarras no pasabamos mucho por aquí...

Pues hablando de lutheradas amateurs, el domingo me llegó un encarguito... Una guitarra Shiro de la que no sabíamos nada. Pues bien, esta guitarra, modelo SW-20B es una versión japonesa de la Gibson Hummingbird, imitada con todo lujo de detalles y, hasta cierto punto, me atrevería a decir que con buenas calidades.

Shiro, marca de la que no sabía nada, fue la precursora de las míticas Aria. Si alguno empezó a tocar más o menos cuando nosotros, igual tuvo la suerte de hacerlo con una Pro II. Desde luego, se nota que mantuvieron los materiales. Solamente el dueño de la marca, Arai Shiro, le pegó un cambio disléxico a su propio nombre y logotipo para tener una marca más occidental y vendible.



La guitarra venía un poquito tocada. Rozada por haber sido guardada sin estuche, sin la cejuela superior, y con una buena limpieza por hacer.

Lo primero fue comprar una cejuela nueva. 0,85€ en Ramírez, de plástico, pero para poder ir viendo si merecía la pena el esfuerzo, es estupendo. Ya habrá tiempo para que un luthier le ponga una de hueso a medida.

Después, una de limpieza de madera y diapasón con los líquidos de Dunlop, ¡que da gusto usarlos! Se veía que la madera, pese a todo, estaba en buen estado, y estructuralmente, la guitarra no tenía daños, y todo quedó bastante pulcro.

Presenté la cejuela y afiné un poco una de las cuerdas y el trasteo era brutal, de manera que tuve que elevar un poquito el hueso del puente. Perderemos un poquito en acción, pero evitaremos tocar el alma.

Lo siguiente fue pintar los roces, sobre todo en la pala. Aquí hice un trabajo efectivo en tiempo. No se trataba de una restauración muy profesional, pero sí de rejuvenecer un poco esos rasgos de vejez. Un pincel y un bote de pintura acrílica. Me planteé dar nitrocelulosa, pero lo desestimé de inmediato. La idea era trabajar rápido y no desvirtuar el instrumento. Con eso y un poquito de cera de carnaúba para eliminar el sobrante, la cosa se quedó en un punto más que digno.



La pala, antes y después de limpiar, poner la cejuela, tapar un poco los picotazos y cambiar los tornillos de la tapa del alma quedó así.


También tuve que encolar los laterales del mástil, de hueso, que se estaban despegando, y de paso, la cejuela, que con la pintura anterior, también ganó bastante.


Tampoco pude reutilizar los tornillos originales, así que puse otros que pudiesen tener buen aspecto. Creo que son de reutilizados de alguna otra guitarra eléctrica, no lo sé seguro.

 
El resto ya fue limpiar las piezas de plástico que recogen las cuerdas, poner cuerdas y afinar. Así quedó, aunque no se aprecie mucha diferencia desde ese plano tan global.


 Comentarios varios:

1. Está un poquito desoctavada porque la cejuela es excesivamente alta. Tiene margen para pulirse, así que sin problemas, debería conseguir que sea más lineal y, de paso, que la acción bajase un poco.

2. Está por ver que las clavijas resulten lo suficientemente precisas, pero también podría sustituírlas si fuese necesario por otras con mejor mecánica ¡Será por piezas!

3. Como con Calíope, cierro el post antes de terminar la obra, jeje...

4. No soy un luthier, pero algo de medicina de supervivencia vamos haciendole a las guitarras ;-)

Espero que os haya gustado!!

Javi Mora

jueves, 2 de octubre de 2014

Faux Filet + The Chestnut Café - Sala Juglar, 4 octubre 2014

Hola amigos!

Esta vez vamos a ser sinceramente concisos y sorprendentemente poco repetitivos. Austeros en materia de hipérboles, y absolutamente rectos y lineales, como un hilo de náilon sin nudos. Pueden ustedes plancharlo a todo vapor. Decíamos... sin lugar posible para el enrevesamiento. Preclaros, como las mentes privilegiadas que han de llevar las riendas y dotar grandeza a la grandeza. Cristalinos, como el agua del cubo antes de fregar los cristales y dejarlos cristalinos. Qué cosas. Realistas, como un cuadro de mediados del siglo XIX, sin ceder terreno a nuestro habitual pensamiento cubista.

O no, quién sabe... O sí ¿Sí o qué? Igual no, igual sí. Venga ese desfile de gallinas cluecas, miles de sorpresas y toneladas de risas. Ale, ya está dicho. Ya podemos dormir tranquilos. Hoy.

Mañana, Mañana: Mañana.- Mañana = Tomorrow. Los Calatrava, ésos sí que son grandes. Y guapos. Uno sí. Otro, a su manera, como Frank Sinatra. A su manera, que dicen ya los talluditos adultos que movieron las caderas al ritmo dictado por el mítico crooner. Crooner, una profesión con futuro. Una profesión sin desempleo. Todo crooner que se precie es una estrella en sí mismo. Sinatra. Ése sí que fue grande. Y guapo. Y un poco truhán. Y un poco señor. FIfty Fifty. Ni pa ti ni pa mí. Bueno, venga para ti, que no se diga que todo es blanco o negro, como en una actuación de Sinatra con Elvis en Televisión. Elvis. Otro grande. Sobre todo al final. No, no, no, no, no. Por ahí no vamos bien. Fin de la emisión. Carta de ajuste.

En cuanto al futuro más lejano, poco más podemos decir. Come rain or come shine. Come what may... Ya ustedes saben, unos más que otros, y en base a esa descompensación, se inicia un gradiente que se torna vórtice, y gira la rueda y nada es real, la vida se quema como una vela, y pasa de largo el tren especial, y ya no te arriesgas, ya no lo intentas.

Y sin embargo... en el ojo del huracán, pim, pam, pum. Destellos. No os liéis, son destellos. No atisban nada. Sólo son destellos. Sólo es luz pasada por una lente cuya poca uniformidad se manifiesta allí y allá, forjando un juego de luces y sombras en el techo. Volved a la cama. Papá y mamá os arroparán. El ojo del huracán es un sitio tranquilo, un lugar fresco y seco. Como el fin de una tormenta. Pero en seco. Os hacéis a la idea, no?

Toda esta información sería absolutamente irrelevante de no ser por que esconde pequeñas y sutiles pepitas de alto contenido en significancia. No obstante, sí obstante, no obstante, sí obstante, no obstante, Dios mediante, allá vamos. Agárrense fuertemente.

Este sábado, 4 de octubre, unen fuerza dos bandas amigas con su preceptiva solera. Faux Filet y The Chestnut Café.

La parte contratante de la primera parte se corresponderá con la parte ejecutante de la primera parte, a eso de las 22h. Una banda, The Chestnut Café, de tonadas altamente rumbosas, pero suavemente ejecutadas, frugalmente pronunciadas en la lengua de Shakespeare, con aromas de frutos del bosque y madera de cedro.

La parte contratante de la segunda parte se corresponderá con la parte ejecutante de la segunda parte, alrededor de las 23h. Faux Filet, les dicen. Pero ellos lo niegan todo. Salvo sus cárnicos orígenes. Vengan equipados con cuchillo y tenedor. El menaje de la sala es de carácter meramente decoraitivo.

Antes, durante y después, sonará música seleccionada por El Duende DJ. ¿Qué decir? ¿qué no decir? ¿qué callarse? ¿qué gritar a los cuatro vientos? Buen rock, pop, garaje y soul de los años 60 para mantener una línea argumental difícil de tensar.

La sala: El mítico y maravilloso Juglar. Sobran las palabras. Sobre todo, sobran los 10 párrafos anteriores cuando lo podemos expresar con claridad meridiana en una breve sucesión de líneas de alto contenido, a saber:

The Chestnut Café + Faux Filet en concierto.
Sábado 4 de octubre. 5€ con consumición.
Sala Juglar (C/Lavapiés 37. Madrid)
21:30h - Apertura de puertas
22:00h - The Chestnut Café
23:00h - Faux Filet

thechestnutcafe.bandcamp.com
fauxfilet.net
salajuglar.com

¡¡¡OS ESPERAMOS!!!


viernes, 25 de abril de 2014

Construyendo Calíope (vol.16)

Finalizando Calíope

Si esta serie de posts empezaron con retraso (un mes después de empezar a trabajar en la guitarra), al final del proyecto terminan por ir en tiempo real.

Ayer mismo recogí las clavijas Kluson que vinieron desde Alemania gracias a ese invento de la logística que todos los afectados de GAS (Guitar Acquisition Syndrome) amamos y llamamos Thomann. Las instalé en un ratillo. Sólo quedaba poner las cuerdas y ver cómo ajustaban. Las clavijas, puestas me parecen un poco más gordas de lo esperado. Estuve a poco de comprar las originales de toda la vida, pero creí que, ya que invertía, mejor hacerlo en unas más precisas, así que allá que fui, y así quedó la pala, una vez puse las cuerdas.
 
Mi amigo Jorge me preguntaba por la tarde cómo lo haría, y le respondí un poco sobre la marcha con lo que acabó siendo el proceso que seguí: Puse las cuerdas, y fijé la altura, casi al mínimo. Aún creo que podría bajarlas algo más para estar más cómodo, pero me da que la incomodidad es más por el mastil que por el puente.

Comprobé que no cerdeaban las cuerdas y empecé con la octavación. Esto lo hice con el afinador y un poco de sentido común:

- Afiné cada cuerda al aire y comprobé si el afinador cogía la misma nota en el traste 12, buscando linealizar la progresión de notas respecto al mastil, ajustando el punto en el que las silletas tocaban la cuerda.
- Comprobé si esa linealidad también era aplicable a los trastes 5 y 7, y resultaba que no, así que reajusté.
Como el puente tiene solo tres silletas, el ajuste es bastante rápido, y más o menos, cada pareja de cuerdas respondía de la misma manera y al ajustar todas, el comportamiento era coherente: o bien los trastes 5 y 7 estaban más ajustados, o bien el 12. Así en todas las cuerdas. Esto venía a indicarme una cosa: que el mástil no está perfectamente recto, sino, como decía Luis Monteagudo, amigo y bajista de Virginity Kit, como el de su bajo, un poquito "revirao". Así que me tocará darle un poco de tensión al alma, a ver si la cosa mejora.

Con todo y con eso, y pese a que las altas horas de la noche no permiten meterle vatios, la guitarra sonaba bastante competente, con la limitación evidente del mástil, que como ya me advirtió mi gurú personal en estas cuestiones, Ángel Fuertesm era el punto más flojo de este kit.

Me conformé con conectar la guitarra a Amplitube (un simulador de amplificador para iPad, a través del iRig), y cuál fue mi sorpresa al comprobar que la pastilla grave y el potenciómetro de tono de la pastilla aguda no respondían. Seguramente en el montaje lié alguna con la electrónica. Este fin de semana lo reviso.

¡El caso es que ya está! La guitarra está terminada y el trabajo que queda de ajuste y pequeños reparos no es más que el que uno hace cada vez que le mete mano a la electrónica, o el que hacen en las tiendas cuando las sacan de sus cajas de cartón y las ponen en exposición. Nada que no te toque hacer con una guitarra comprada por internet.

Así lucía esta mañana en el salón. Ahora, a sacarle sonido y a tocar sin parar!

miércoles, 23 de abril de 2014

Construyendo Calíope (vol.15)

It's a long way to the top (if you wanna rock and roll)

La tarde y noche del sábado, y el domingo de resurrección le estuve dedicando tiempo a la guitarra y su electrónica. Con las piezas presentadas sobre el golpeador, el cableado que podía hacer era mínimo, porque el enrutado de los cables atravesaba el cuerpo de la guitarra por varios sitios, así que buena parte del soldado tuve que hacerlo sobre el cuerpo de la guitarra, en condiciones nada cómodas, y si consideramos que, a nivel de electrónica, la guitarra es algo complicada, apaga y vámonos.

Electrónica no tan básica

Para colmo, los cables que compré para cruzar el cuerpo, desde la cavidad de los potenciómetros hasta la del selector de pastillas, no eran lo que se dice finos, así que por un diámetro de poco más de medio centímetro tenía que hacer pasar cinco cables, cuatro de ellos bastante gordos, y un pequeño puente.

Con cada fase de este proyecto he aprendido algo. Por encima de todo, en esta fase he aprendido que un estaño malo te puede arruinar cualquier proyecto. Mi soldador es de lo más ramplón del mercado. Lo compré hace ya cosa de 15 años, para la universidad, y casi 15 años me duró mi primer carrete de estaño. 15 años siendo el soldador oficial de familia y amigos, lámparas, guitarras, placas de circuitos, y tiras de LEDs, muchos LEDs en tiras. Ese estaño era estupendo, incluso con unas manos torpes y un soldador simple. Total, que tenía unos carretes de estaño que revivieron esa leyenda urbana que en la universidad llamaban soldadura fría. Pelotitas de estaño por todas partes que se negaban a fusionarse con los cables y conectores. Un desastre. Creo que las soldaduras del selector de pastillas (ojito al grosor de los cables) son de las pocas que no tuve que rehacer.

Así que el sábado por la  noche eché cosa de hora y media a reconectarlo todo y, para cuando lo probé, había tenido algunos errores de concepto, léase potenciómetros que funcionaban al revés, push-pull que no hacían lo que debían... pero al menos di con el enrutamiento adecuado para el selector de pastillas, algo es algo...

El domingo me subí al rastro y me hice con un carrete de estaño como Dios manda y todo empezó a ir mejor.

Lo malo de soldar con los cables atravesando el cuerpo de la guitarra: que al final acabas apoyando la placa en el cuerpo y le haces algún picotazo, y que el calor del soldador acaba calentando también la pintura. Le hice una pequeña ampolla que sacó a la luz la imprimación blanca, y algún picotazo que quedó tapado por el golpeador.

Una vez probada la electrónica (a toquecitos, rasgueando las pastillas con un metal y comprobando que el volumen subía y bajaba, que el selector seleccionaba una o las dos pastillas, que el tono se apagaba con el potenciómetro correspondiente y, lo más difícil de todo (y esto habrá que verlo con la guitarra encordada), que la inversión de la polaridad de la pastilla del puente y el coil-tapping, tenían efecto. En la foto, el puente que permite cancelar la parte inferior de la Fender Wide Range para funcionar de forma similar a una pastilla simple.

Con todo eso, volví a ensamblar el mástil, con un pequeño percance por no fijar los tornillos antes que ha dañado un poco la parte trasera del mástil y nos hará volver a barnizarlo.

Al final quedó montado todo, y la guitarra sólo pendiente de poner clavijas (llegarán esta semana) y hacer los pertinentes ajustes (miedoooo!). Comprar tornillos originales Fender fue todo un acierto, y al quitar el plástico al golpeador, la cosa no podía quedar más chula. Incluso restauré los dos daños visibles (la ampolla del soldador y el ensañamiento al pulir del capítulo anterior) con un poco de nitro blanca echada en un vaso y aplicada con un pincel. La guitarra colgada queda así de chula. No nos podemos quejar...

Lo siguiente será ajustarla: poner las clavijas, ajustar altura de las cuerdas, posición de las silletas y, esperemos que sin necesidad de tocarle el alma al mástil y, más aún, esperemos que sin necesidad de hacer ningún ajuste a la unión del mástil y el cuerpo. Confiemos en la precisión de nuestros amigos alemanes para hacer este kit.