sábado, 11 de junio de 2016

Telecaster Rick Parfitt

Mostoman es mi hermano. Es el mayor fan de Status Quo que conozco, y ha sido una excelente excusa para mantenerme ocupado unas pocas noches de entre septiembre y junio... Me apetecía que tuviese un guitarra como las de sus ídolos, y entre el modelo de Rick Parfitt y el de Francis Rossi, el de Parfitt era más sencillo de replicar.


La idea de replicar esta guitarra la tuve hace quizá dos años, pero tras unos meses de preparación, pude comenzar el proyecto en septiembre de 2015. Lo primero es comprar una réplica de Fender Telecaster. Para esto barrí Wallapop. Lo ideal era una guitarra negra o azul oscura lo más estándar posible, con una pala que no requiriese mucho trabajo (forma parecida a la original), cuerdas a través del cuerpo y diapasón de palorrosa para que el trabajo fuese el mínimo. Pedir que fuese de fresno es, por descontado, demasiado, bastante es ver que en lugar de una guitarra laminada, parece ser de cuerpo sólido, quizá en madera de tilo. Me parecía que lo ideal hubiera sido un golpeador negro de tres capas, pero acabé sabiendo que no era lo que necesitaba mucho más adelante.

El primer paso fue desmontar todo y trabajar en envejecer los herrajes (pastillas, controles y placa) a base de lijarlos con un papel de lija de grano muy fino (300 puntos, creo). Esto es sencillo y muy rápido y con resultados casi inmediatos. Una noche solo en casa y en media hora son viejos!


  

El mástil lo trabajé con lija, envejeciendo la parte trasera, moldeando la pala a una forma más parecida a la de Telecaster y quitando la marca. Lo envejecí con betún, sudor y agua con pimentón, me lo llevé a otra casa de y por el camino se dio algunos golpes y rozó un poco. Allí lo barnizaría con varias capas (insuficientes en cualquier caso) de nitrocelulosa en spray para que no fuese tan basto. La intenté sacar brillo pero conseguí poco, eso sí, parece bien trillada sin haber sufrido demasiado.

Lo siguiente fue trabajar el cuerpo: lijé las partes claramente desgastadas y, al ser la guitarra amarilla (y debajo del amarillo, rojo metalizado!!! Están locos estos chinos!!!) tuve que añadir algo de rotulador azul en las zonas en las que se revela ese color. En algunas partes, el rojo metalizado que salió al lijar el amarillo hace una función parecida al azul cuando la capa de blanco que lleva encima no es muy espesa y se deja oscurecer por la que hay más abajo.

En paralelo fui consiguiendo el hardware adicional. El puente original lo reservé, porque era uno de esos puentes de seis silletas, y no el clásico que necesitaba. La Telecaster de Rick Parfitt lleva medio puente tipo Stop-bar Gibson (tune-o-matic) y medio puente tipo Telecaster (sólo la parte que aloja la pastilla de agudos). Me planteé no comprarlo, pero por otra parte, prefería hacerlo todo lo fiel que pudiese. Reutilicé un puente que tenía en dorado, de una Epiphone SG, envejeciéndolo con lija e intentando quitarle curvatura y hacerle surcos por donde pasar las cuerdas y de paso conseguir bajarles la altura t hacerme un camino por si hubiese que octavarlas, porque las fenders tienen el mástil algo más plano que las Gibson y es de esperar que sus réplicas sigan la misma premisa con mayor o menor fidelidad. Compré un puente del tipo clásico de las Telecaster, con sus tres barriletes y su buen borde para serrarlo en dos y lijarlo y usar la parte destinada a alojar la pastilla. También tuve que comprar unas guías para la salida de las cuerdas a través del cuerpo, como las que habitualmente están en la trasera, y un golpeador negro/blanco/negro.

Estuve unos meses sin tocar el proyecto porque lo tenía en una casa sin electricidad y me era imposible trabajar allí por las noches, pero me di cuenta de que el trabajo restante lo podía hacer prácticamente en cualquier sitio, o al menos eso pensaba... Así que trasladé a mi casa el instrumental y lo primero que hice fue agujerear un poco el cuerpo para alojar las guías de las cuerdas y el puente tipo stop-bar. Al montar el puente a modo de prueba y poner cuerdas a la guitarra me di cuenta de que la octavación era bastante buena pero que mejoraría si conseguía que el mástil estuviese a ras del cuerpo. Para ello, y como además los tornillos originales del puente se habían estropeado mucho al apretarlos a través del cuerpo, compré unos tacos pensados para las lonas que tapan las piscinas en invierno, y unos tornillos para esos tacos. No se parecen tanto a los de Gibson, pero nos valen. Al fin y al cabo, casi toda la presión que soporta ese puente es hacia abajo y los tornillos apenas trabajan, en comparación con la labor de esa pieza y sus tornillos en el Stop-bar original.

Me había pasado horas intentando desgastar el golpeador negro a base de lijar pero me di cuenta de que me iba a costar mucho conseguir el desgaste milenario de Rick Parfitt. Tanto es así que jamás lo completaría. Tengo ese golpeador a la venta en Wallapop, porque acabé por no lijarlo más: supe por una web que me ha ayudado mucho a hacer la guitarra que realmente es un golpeador blanco con un vinilo adhesivo negro (era razonable pensar que el golpeador original de esa guitarra fuera, blanco, pero también pensar que Rick Parfitt lo hubiese cambiado por otro negro), y, de hecho, pude desgastar ese adhesivo con enorme facilidad en cuestión de minutos, hasta dejarlo como el original, quizá más, también con un poco de ayuda de lija para envejecerlo prematuramente.

Antes de montar todas esas piezas me dediqué a pintar el cuerpo de la guitarra con una mezcla de pintura acrílica y disolvente, reservando las zonas desgastadas mediante cinta de embalar pegada a la madera. No, no es buena idea hacerlo en casa... Y después de varias manos lijé donde había que sacar madera o color azul. No todo tenía que quedar perfecto o uniforme. Las fotos que he visto de esta guitarra son más bien representativas de un trabajo de pintura poco cuidado, como en general todo el trabajo que implica. Y estas cosas son las que más me animaron a trabajar en esta guitarra: no había que ser demasiado fino.

Con todo lo anterior hecho, monté la guitarra con su electrónica y demás piezas y vi que funcionaba decentemente. Tuve que hacer algún recálculo para fijar la tapa de la pastilla aguda, por ejemplo, o la posición de la sexta cuerda, pero por lo general, cada cosa que montabas te daba un resultado más parecido al original y cada vez se parecía más al modelo de Rick.

Le añadí unas púas Dunlop Jazz II y el desgaste propio de meterlas y sacarlas de entre el cuerpo y el mástil, y la probé un poquito... ¡Se puede tocar! Se puede ensayar con ella 1 hora. Modestos objetivos conseguidos! Sólo dejé una cosa para el último día: Rick Parfitt puso una rueda de un coche lego alrededor del botón del potenciómetro de volúmen. Hizo falta buscar, comprar y envejecer la rueda, que era el doble de gruesa y algo más estrecha que lo necesario, pero un cuchillo de cocina y un tapón cónico para botellas de vino hicieron el trabajo de adaptación.

Et voila!! 

Réplica de la Telecaster de Rick Parfitt

2 comentarios:

mostoman dijo...

Pues sí, soy Mostoman, y es un honor que Javi haya dedicado tanto tiempo y esfuerzo en esta guitarra con la doble intención del reto personal que supone replicar un modelo concreto de guitarra y que lo hiciera también para complacerme.

Sí, me gustan los Quo, no conozco sus vidas como las de otros ídolos como los Beatles, Pink Floyd, Queen, Clapton, Genesis o los Bee Gees... tan solo alguna anécdota suelta, pero su música, dentro de su sencillez, es directa y resultona, y transmite buen rollo. A veces hay que alejarse de la complejidad y la profundidad del rock sinfónico, de las letras comprometidas de los cantautores, de las metáforas y de los largos desarrollos instrumentales y hay que quedarse en tres simples acordes (que no son tres... los Quo tienen más chicha), un ritmo machacón y pegadizo y darle caña a las cervicales todo lo que aguante la musculatura del brazo derecho.

Ahora lo que tengo que hacer es rendir honores al esfuerzo que ha hecho Javi con esta réplica y enzarzarme con las joyas que Parfitt y sus chicos nos han concedido desde 1967 y más concretamente en la década de los 70.

mostoman dijo...

Tengo que confesar que muchos de los términos expuestos en este post me son ajenos, son demasiado técnicos.

Con una guitarra modestamente apenas se extraer algunos acordes e ir tocando algunas canciones, pero reconozco que la labor de reconstrucción merece toda la admiración, y más desde el punto de vista de un profano.

Pero puedo decir que la réplica es muy acertada y el sonido muy bueno (siempre hay algo que afinar pero no tengo ninguna queja).

Con mis limitaciones aún tengo mucho tiempo para disfrutar de Ricky (el nombre era inevitable) hasta encontrarle defectos, así que habrá que practicar y darle caña.